Automatización y humanización: el renacer de las administraciones públicas en Canarias

Encontrando el equilibrio entre la tecnología y la esencia humana en el servicio al ciudadano

Las administraciones públicas del archipiélago canario están incorporando soluciones tecnológicas avanzadas para mejorar la eficiencia en la prestación de servicios, al tiempo que exploran fórmulas para mantener un enfoque humano y accesible en su relación con la ciudadanía. Esta evolución plantea un desafío estratégico: garantizar que la automatización y la inteligencia artificial se integren sin despersonalizar la atención.

Las herramientas basadas en datos permiten optimizar múltiples procesos, desde la movilidad urbana hasta la atención sanitaria o la orientación en trámites administrativos. Por ejemplo, sistemas de análisis en tiempo real ya posibilitan la anticipación de necesidades y la asignación más eficiente de recursos en sectores como el transporte, la sanidad o la educación. Estas soluciones ofrecen oportunidades relevantes para ajustar los servicios públicos a las realidades territoriales y sociales de las islas.

No obstante, determinados contextos requieren mantener una interacción directa con personal especializado. Las situaciones complejas, urgentes o que implican decisiones sensibles continúan demandando una atención personalizada, cercana y comprensiva. Por ello, los avances tecnológicos deben concebirse como apoyo, no como sustitución, del componente humano de la gestión pública.

Para favorecer una adopción inclusiva de estas tecnologías, resulta clave desarrollar iniciativas de formación, sensibilización y acompañamiento dirigidas a la ciudadanía. Estas acciones pueden contribuir a reducir brechas digitales y asegurar un acceso equitativo a los servicios públicos digitalizados. En este sentido, los enfoques colaborativos entre administraciones, entidades sociales y centros educativos pueden facilitar una transición digital adaptada a las distintas realidades locales.

Este proceso no solo implica mejoras operativas, sino también un cambio de enfoque en la cultura organizativa y en la percepción del servicio público. La transformación digital puede ser una herramienta al servicio de una administración más ágil, accesible y centrada en las personas, siempre que se preserve el equilibrio entre la innovación tecnológica y la atención cercana.